sábado, 21 de julio de 2007

El día “más y menos” esperado llegó.

A Ustedes que visitan esta página no les sorprenderá que mi tema de hoy sea referente a Harry Potter y el final de la historia. De hecho el contador de días que puse aquí ya se encuentra en cero porque todo ha llegado a su fin. ¿Feliz término? No se sabe y no quiero leer aquellas crónicas en las que ya se anuncia el final porque prefiero mantener la expectativa para ver cómo JK Rowling hará que todo coincida, especialmente luego de los hechos ocurridos en “La Orden del Fénix” y en el muy fuerte “El Misterio del Príncipe”.

Son muchos elementos, personajes, hechos que deben cuadrar de la mejor manera posible en este último libro llamado “The Deathly Hallows” el cuál todavía no tiene título oficial en español (no hay como dar detalles porque hay visitantes que todavía no han leído del cuarto libro en adelante).

Estoy emocionado porque por fin se sabrá el final, pero triste porque no habrá más magia de aquí en adelante lo cual resulta complicado para quienes nos hemos acostumbrado a leer los libros del joven mago y a ver las películas. Bueno, en ese sentido quedarían dos películas todavía pero del libro como tal ya no tendremos más.

El lanzamiento del libro traducido al español se espera para el 2008, lo cual significa que tendré que esperar más tiempo todavía para leerlo. ¿Y si lo compro en inglés? No tendría problema pero tengo toda la colección en español y hay que mantener la uniformidad.

A continuación les dejo con una nota publicada en el Diario La Naciòn a propósito del tema y gracias a JK Rowling por habernos deleitado con tanta magia.





Crónicas norteamericanas
Harry Potter y la máquina de facturar
http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=927563

MIAMI.- Para el momento en que esta columna aparezca, el final habrá sido develado y 12 millones de lectores en todo el mundo sabrán si llorar o regocijarse por la suerte del joven hechicero Harry Potter.

Así culmina el fenómeno literario más formidable de la historia, una saga que comenzó doce años atrás, cuando Joanne Kathleen Rowling, una madre divorciada y desempleada que residía en Edimburgo, Escocia, escribió una novela infantil llamada Harry Potter y la piedra filosofal, trabajando en cafés cuando lograba poner a su pequeña hija a dormir.

La llegada de Harry Potter a las librerías no fue una tarea fácil. Antes de que Bloomsbury, una pequeña editorial de Londres, aceptara publicarlo, en junio de 1997, y pagar un adelanto de 1500 libras esterlinas, el libro había sido rechazado por una docena de editoriales.

La tirada inicial fue de 1000 ejemplares, de los cuales 500 fueron distribuidos en librerías. Hoy, cada uno de esos ejemplares originales se cotiza entre 16.000 y 25.000 libras.

Scholastic Inc. compró los derechos de distribución en Estados Unidos un año más tarde por la suma de 100.000 dólares. "Casi me muero cuando escuché la noticia", recordaría Rowling tiempo después.

Nadie tiene una respuesta de por qué Harry Potter se convirtió en el suceso que es, a través de siete novelas y seis películas, reviviendo con su magia la pasión de los niños y adolescentes por la lectura. Antes de que el mago deleitara al mundo con sus aventuras, una década atrás, hubiera sido impensable que serían necesarios camiones monitoreados por satélites para distribuir los ejemplares, y que millones de niños en todo el mundo esperarían, como lo hicieron en la medianoche de ayer, para comprar, no la última versión de un teléfono celular o un juego de video, sino una novela de más de 700 páginas.

Como fenómeno masivo, Harry Potter es incuestionable. Los siete libros han sido traducidos a 65 idiomas y llevan vendidos 325 millones de ejemplares, lo que le ha permitido a Rowling acumular una fortuna que, según The Sunday Times de Londres, totaliza 1000 millones de dólares. Esto la convierte en la primera mujer de la historia que se volvió billonaria (según la definición norteamericana) escribiendo libros, y en la segunda mujer más rica del mundo.

Novela globalizada

Pero si buena parte del éxito de la serie, además del innegable virtuosismo de Rowling, debe atribuirse a la estrategia de comercialización, mezcla de secreto y controlada expectativa, es probable que Harry Potter nunca hubiera llegado a ser lo que fue sin la ayuda de Internet. En este sentido, es un típico producto de la primera parte del siglo XXI, una novela globalizada por la intercomunicación que posibilita la red, donde los adoradores del mundo de Hogwarts intercambian anécdotas, datos y curiosidades.

Google consigna 156 millones de referencias cuando se teclea "Harry Potter" y Yahoo, 363 millones. Comparativamente, el ratón Mickey registra 16 millones de sitios y el Pato Donald, 12,5 millones.

Después de diez años de presencia, Harry y sus amigos se han vuelto a tal punto parte de la cultura universal, que hay una generación entera, entre los 10 y los 25 años, que no imagina el mundo sin ellos.

Algunos maestros en los Estados Unidos han expresado reservas con relación al impacto de la serie sobre los hábitos de lectura de los niños. En una nota publicada la semana pasada en The New York Times , Dana Goia, presidenta de la Fundación Nacional de las Artes, reconoce que "una novela de Harry Potter cada uno o dos años no alcanza para revertir el descenso en la lectura".

Con todo, los libros de Rowling han revitalizado a la industria editorial y muchos nuevos autores de ficción infantil han cobrado adelantos suculentos en la apuesta de las editoriales por descubrir al próximo Harry Potter.

A pesar de la alharaca en torno al final de la secuencia, uno sospecha que Harry Potter no ha dicho aún sus últimas palabras. Un siglo atrás, otro autor de similar celebridad, sir Arthur Conan Doyle, decidió deshacerse de su personaje, el infalible Sherlock Holmes, convencido de que lo distraía de otros emprendimientos literarios. En La aventura del problema final , publicado en 1893, muere junto con su archirival, el profesor Moriarty.

Pero la presión de los lectores obligó a Conan Doyle a resucitar al héroe. Lo hizo tres años después, aprovechándose del hecho de que varios de los testimonios acerca de la muerte de Holmes tenían algunos agujeros.

Por Mario Diament

No hay comentarios: