miércoles, 22 de agosto de 2007

¿Por qué siempre tiene que ocurrir algo así?

De antemano empiezo pidiendo perdón, debido a que esta crónica la haré en primera persona, y de pronto eso puede sonar orgulloso, o con afán de farandulear, pero no es así. Además estoy seguro que será un poco extensa, pero la única intención es demostrar el maltrato al que somos sometidos los aficionados cuando de partidos de la Selección Ecuatoriana de Fútbol se refiere.


En esta ocasión decidí guardar mi credencial de prensa e ir, como siempre, a las gradas del estadio, donde de verdad “las papas queman”, haciendo que el partido se viva de otra manera. Para esto, mi gran amigo Jairo Aguilar, se encontraba haciendo fila para ingresar a la general sur mientras yo esperaba a mi enamorada Marcela Andrade que llegue de la oficina.

Cuando el reloj indicaba 17:20, Jairo me escribe contando la “genial, espectacular y sobresaliente idea” de los organizadores del evento, refiriéndose a que solo había una puerta habilitada para ingresar a la localidad antes mencionada, generando una fila en extremo larga y, además, lenta en su transitar. Su comentario textual fue: “pero si hasta en un partido Católica – Aucas abren todas las puertas y ahora no, es increíble”.


Una vez que Marcela ya llegó le comento el problema del ingreso, entonces me pregunta: “Y Jairo?”, atiné a responder que mi amigo ya había ingresado, una vez que aguantó las molestias y empujones respectivos, añadiendo que nos sugería mejor ir a la general nororiental “que estaba vacía”. Ahí en las boleterías me encuentro con un amigo de la oficina, Pablo Monje, a quien le comento lo ocurrido, decidiendo él junto a su hermano Freddy, acudir a dicha localidad. Para esto, el partido ya había empezado y se estaban jugando entre quince y veinte minutos.

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La consigna era entrar, por lo cual, compramos las dos entradas para el partido. En el primer acceso, los encargados del control de ingresos, arrancaron el primer desprendible del boleto sin problema, sin filas, sin “apuros” como los que Jairo me había contado; al momento de subir hacia las puertas indicadas, el panorama se puso oscuro y complicado porque las puertas estaban cerradas, la gente empujaba, el clásico “abran la puerta” era el himno del momento y los ánimos se caldeaban porque los minutos de partido seguían pasando.


A todo esto cabe mencionar que no faltaron los típicos que se treparon la pared, sí sí, la del primer acceso, para “entrar de vivos al puertazo” y los policías hacían vista sin tomar las acciones del caso. Cuando parecía que el tumulto se tranquilizaba, abrieron la puerta para que, pocos privilegiados, por estar primeros en “la fila” (que no había), pudieran entrar. Ahí fue cuando más se empujó hasta que algún inteligentísimo miembro de la benemérita Policía Nacional del Ecuador puso en acción una bomba lacrimógena, generando que los aficionados nos hagamos hacia atrás para poder cerrar la puerta otra vez. La nota curiosa es que desde arriba, en la nororiental, la gente gritaba “abran la puerta jefes que acá dentro está vacío”.

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Indignado, le dije a Marcela que me acompañe hasta la puerta principal del Estadio Atahualpa, y que me espere afuera un momento, mientras desenfundaba mi credencial de prensa para acudir a las radios, a difundir lo que estaba ocurriendo en las afueras del escenario deportivo. En efecto, entré “como Pedro en su casa” y me dirigí a una radio de nivel en Quito para que se escuche mi demócrata derecho de expresión por lo sucedido.


Busqué a CRE, nuestra socia estratégica para Albo.Radio, pero no encontré a sus periodistas, más por mi apuro de comentar mi bronca, que porque ellos no hubieran estado ahí; luego me di cuenta donde se encontraban. Salí en el otro medio de comunicación, donde me atendieron en el entretiempo del partido, entrevistándome para denunciar “la gratísima” vivencia del exterior. Mientras eso, Marcela me escribe un mensaje de texto contándome que el Intendente de Policía estaba en la puerta principal, y junto a él, un montón de aficionados protestando como no podía ser de otra manera.

Desde la cabina de la radio, durante la entrevista, pude observar que, tal como Jairo me había comentado hace casi una hora, la general nororiental “estaba vacía”, es decir, que había cualquier cantidad de espacio disponible para que los hinchas ingresen a sentarse sin problema alguno; pero no, la puerta claramente seguía cerrada e infranqueable. Por cierto, recién ahí, leí en el marcador electrónico que Ecuador ganaba uno a cero con gol de Patricio Urrutia, convertido desde los doce pasos al minuto treinta y cinco de juego.

Regresé a donde Marcela, coincidiendo justo el momento que el Intendente autorizaba el ingreso a la localidad de tribuna a todos quienes estaban afuera, ante lo cual, a los responsables de las puertas, no les quedó más remedio que permitir el paso de los indignados seguidores de la Selección Ecuatoriana de Balompié. En ese instante volvimos a ingresar, pero claro, igual a ella como al resto, les retiraron el sobrante de la entrada, mientras que yo volví a acceder con la credencial. ¡Milagro!, podríamos ver el segundo tiempo del juego, siendo eso bueno pese a todo lo vivido en carne propia.

Como digo, a quienes entraron bajo orden, de todas maneras les quitaron el talonario, por lo cual, hice pasar a Marcela al palco de prensa que era al único lugar donde podíamos ir dada la circunstancia del talonario. Desenvainada la credencial, pese al reclamo del controlador de la puerta del palco de prensa, entramos a ese lugar para ver bien sentados, junto a los colegas de otras radios (ahí descubrí a los reporteros de CRE), el resto del amistoso encuentro.

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Ese segundo tiempo fue de pocas emociones, y con “el millón” de cambios de jugadores como es acostumbrado; sin embargo, vimos un par de atajadas espectaculares de Marcelo Elizaga. Una de ellas fue sobre el final del partido, y ya con el balón en las manos, se levantó a protestar al delantero, quien parece, lo agredió en el momento de intentar conseguir el empate. Es ahí que entró toda la delegación boliviana a la cancha, empujones (como que hubieran visto lo de afuera) mientras que los fotógrafos corrían por obtener la mejor foto de la bronca y los efectivos policiales trataban de controlar a los equipos.


Ahí terminó el partido y la aventura. Se promociona el partido, se invita a la gente al estadio amparados en la Selección, siendo lo único que se recibe maltrato, como consecuencia de la inoperancia de los responsables de los operativos, tanto de seguridad como del estadio. Ojo, recordemos por si a alguien se le escapa, era un “simple” cotejo amistoso, no una final del mundial o un partido contra las más laureadas selecciones del continente. Ojalá en los juegos de clasificación al máximo evento futbolero, los desmanes no se vean, los empujones no aparezcan, y todo salga en orden. ¿Será que se puede lograr eso? Contra Venezuela, dentro de pocas semanas, lo sabremos.



Jorge Ramadan
jrama@cyberalbos.com

sábado, 18 de agosto de 2007

“Soy un Jedi ahora”

Frase mencionada por Luke Skywalker en el Episodio VI “The Return of the Jedi”, previo a enfrentar a su padre Lord Darth Vader, quien una vez fuera Anakin Skywalker antes de sucumbir al “Lado Oscuro de la Fuerza”.

Con esta pequeña introducción yo también puedo decir que soy un Jedi desde hace unos días atrás, aunque, en mi caso, sería un “Batjedi” jaja. Y esto es porque desde la “galaxia muy muy lejana” el maestro Obi Wan Kenobi, ha procedido a enviarme su espada láser, “lightsaber” en inglés, para que yo siga el camino de “La Fuerza” como lo siguieron tantos otros antes de mí.

Faltan palabras para describir la enorme sensación de poder, de alegría, que te da el tener en las manos un “juguetito” como aquel, que más que juguete, es una réplica oficial del clásico instrumento de batalla de los “Caballeros Jedi”, creados por el magnífico George Lucas hace treinta años.

Cabe destacar que no creía que algo así pueda existir fuera del mundo del cine; sin embargo, cuando tuve en mis manos el mismo artefacto, gracias a la gentileza de Henry Padilla que me prestó el suyo, en una versión anterior, unos momentos, un día que lo llevó a la universidad; fue un amor a primera vista. Era como transportarse a la niñez al momento que por primera ocasión veías una de las películas, y te preguntabas si una espada así sería de verdad, y añorabas con tenerla. Pues ahora, tantos años después, ya la poseo.

Es una réplica exacta de la versión de la espada láser de Obi Wan Kenobi, del capítulo tres “The Revenge of The Sith”, con empuñadura de metal, lo cual la hace un poco pesada como es claro, con la luz azul que sube y baja al momento de encenderlo/apagarlo. Además tiene el clásico sonido, con la particularidad que, al agitarlo, reacciona acorde a los movimientos que se hacen. Finalmente, cuando lo golpeas contra algo también suena de formas diferentes. Auténtico!.

Las dos fotos que están viendo son en la puerta de mi casa; la una, como se puede mirar, con la luz prendida para que observen que no les miento que algo así existe; la otra, en su máximo esplendor brillando en la oscuridad.

Termino este artículo espacial, agradeciendo a Henry por su colaboración por ayudarme a conseguir y traer mi arma futurista. De verdad agradecimiento eterno.

“May the force be with you!”

miércoles, 15 de agosto de 2007

Posible Tsunami en Ecuador

Solo en la peor y más maléfica película de terror podría imaginarme una cosa así, pero la posibilidad existe, aún, cuando a esta hora, ha bajado en su porcentaje favorable de probabilidades de que el evento ocurra.

El fuerte terremoto que azotó al Perú hace pocas horas la noche de hoy, ha conmocionado a Sudamérica entera, especialmente a los países de la costa del Pacífico, porque podrían producirme Tsunamis en las playas colombianas, ecuatorianas y, de manera especial, peruanas.

En una nota de la AFP que sale desde Quito, se menciona lo siguiente (atención compatriotas):

"Quito. El terremoto de 7.7 grados en la escala de Richter que se registró la noche de este miércoles en Perú fue sentido en varias ciudades de Ecuador, como Quito, informó el estatal Instituto Geofísico local sin reportar víctimas ni daños.

“Se trata de un terremoto importante ubicado cerca de la costa peruana, entre Lima e Ica. Por su magnitud fue sentido en algunas ciudades de Ecuador como Guayaquil, Loja y Quito, en especial en los edificios altos de más de seis pisos”, señaló.

El Geofísico apuntó que “no se esperan daños en Ecuador debido a que el evento se encuentra a una gran distancia”.

El terremoto remeció todo Perú, desatando escenas de pánico en Lima, además de roturas de vidrios y daños visibles en edificios. Las comunicaciones colapsaron y lentamente se van restableciendo, aunque la energía eléctrica y el servicio de agua potable se mantienen.

Enseguida se sintieron varias réplicas."

En el hipotético caso del evento marítimo, el Ecuador no estaría preparado para afrontar una cosa de tal magnitud, dado que jamás en la historia ha ocurrido algo similar o por lo menos parecido, a esa escala, que yo me acuerde o en el último tiempo. Lo que queda es confiar en que la naturaleza se calme y las bellas costas de esta Patria (no la que “ya es de todos”) tricolor no se vean afectadas.

A los vecinos del sur decirles que entendemos lo que es sufrir un terremoto, con todas las complicaciones que eso genera, y que en los momentos duros es donde más se aprende para salir adelante. Ojalá no hayan muchísimas réplicas pero, por sobretodo, consecuencias graves que lamentar.

domingo, 12 de agosto de 2007

"Y ahora quién podrá defendernos?"

“Yo! El Chapulín Colorado” sería la respuesta más adecuada, citando al gran comediante “Chespirito” a.k.a. Roberto Gómez Boláños. Eso sería si nuestra vida cotidiana fuera como una novela o serie de televisión, pero no lo es.

El día empiezo con algunos contratiempos, tratando de pagar el valor de la matrícula del carro de mi abuelita, pero me topé con la novedad que el servicio en los bancos solamente ha sido de lunes a viernes; claro, luego de una fila enorme dentro de la entidad bancaria a la que acudí. En fin, fui con la mala noticia donde mi querida “Yaya” así le digo con muchísimo cariño, se llama Rosa Matilde, y me dijo “bueno no hay problema, será mañana”, a lo cual me comprometí.

A mi retorno se me había encargado comprar dos de los diarios que circulan en la Capital para adjuntarle al que nos llega a casa por suscripción, por lo cuál procedí a llegar hasta el sector de “La Y”,a dos cuadras de mi casa, para adquirir los matutinos. Era un poco más del medio día.

Bajando por esa calle que une la Av. De La Prensa con la Av. América, escuché pasos a gran velocidad y de pronto un fulano estaba a mi lado, quien se me acerca a decirme: “Pana, hágase un favor, ayúdeme con veinticinco centavos para el bus”. Este tipo, de mi edad (26) o menos e igual estatura, lucía pantalón militar de camuflaje, camiseta negra y gorra gris un poco rota. Mientras seguí caminando saqué todas las monedas que tenía en el bolsillo derecho y se las entregué diciéndole: “Es todo lo que tengo.”

Yo ya bajaba “cabreado” por lo del banco, entonces entenderán como me sentía. Este “man”, no contento con eso me dice: “Eres mala gente que no me quieres dar más, así que saca la billetera que tienes ahí y dame todo”. Repliqué en mi favor: “si tuviera más te daría, si no por qué crees que estoy caminando pues”; no contento con eso respondió: “/(¡$/” dame la plata a la una”, yo seguía insistiendo no tener y caminando; “dame a las dos.” En el enojo que tenía solo pensaba “llega a tres y lo destrozo” pero no llegó porque yo me mantenía a pie, afirmando no tener más. Al verme tan seguro, se atrevió a preguntar: “¿y a dónde vas?”, entonces le respondí “($/#) y a vos qué te importa.” Siguió caminando a mi lado, ya sobre La Prensa donde finalmente dijo: “ya te encontraré en otra para que me des todo lo que tienes”, me dio la mano despidiéndose muy gentilmente y se fue en dirección de la Av. Juan de Ascaray.

Lo manejé bien, no me dejé ganar, pero la bronca que tenía era inmanejable. Menos mal me calmé, pudiendo la cabeza más que el hígado y los músculos. Me pasó.

En la noche, saliendo con la novia a buscar un encargo de último minuto, marcando el reloj las 21:00, presencié, desde mi auto parqueado en una tienda, cerca de la Av. La Prensa, intersección Florida, un intento de asalto dos a uno, donde incluso hubo un par de disparos, gracias a Dios sin consecuencias mayores, lo cual me hizo deducir que era una pistola de aquellas de fulminantes que sólo hacen bulla, pero que igual hacen chispa y sale humo. De manera inmediata, corrieron por la Av. La Florida hacia arriba. Una señora con sus niños chiquitos esperaban el bus integrador que los llevaría a la Estación Norte del Trolebús, quienes raudos, corrieron a la tienda, junto a mi auto. Hasta eso, mi Marce, ya había comprado los encargos pero tomamos un tiempo prudencial antes de ir a dejarla en su casa por el sector mencionado.

Subiendo ya por Florida, el clásico tumulto se había formado, cerca de un chifa que hay ahí, porque los vecinos del sector habían salido a ver qué ocurría. Dejé a Marcela en su casa y, a manera de “venganza” por lo que me ocurrió en la mañana, subí hasta el retén policial ubicado en el barrio de Andalucía, sobre la calle Machala, a notificar el evento. La patrulla estaba parqueada ahí, además de una moto, pero la sorpresa es que sólo había un policía dentro, leyendo algo mientras fumaba. Procedí a contarle lo ocurrido, ante lo cual llamó a la central para que las patrullas de los barrios “La Concepción” y “La Florida” bajen a inspeccionar lo ocurrido, para él también unirse de manera casi inmediata. A todo esto cabe mencionar que marqué el 911 desde el celular, pero nadie contestó.

Bajé a contarles a los vecinos ahí reunidos que la Policía ya estaba “en eso sobre la marcha” y que en cuestión de minutos bajarían a averiguar bien lo sucedido; me fui. Ojalá pudiera contarles el final de la historia pero no la tengo. Casi llegando a casa, otra vez por “La Y”, fui testigo de casi un choque de taxistas que se querían ganar a una familia como pasajeros.

Como corolario, a manera de cereza en el pastel, les comentaré que me tocó ir hoy, domingo de fin de feriado, a la oficina a las 16:00 por unos temas a los cuáles fuimos citados. Menos mal eso no duró mucho.

Es conocido que me dicen “Batman” por mi afición con el gran héroe de historieta; pues entonces, podemos decir que en Quito, donde la pizza llega más rápido que la policía, ni el hombre murciélago se salva de ser asaltado por ladrones comunes. La diferencia con las aventuras, es que en Ciudad Gótica es “The Bat”, quien se enfrenta al crimen organizado, las mafias, y el hampa, no como acá que es asaltado por cualquier delincuente común.

Pero “la patria ya es de todos!” Jaja.

Tengan cuidado por favor, buen inicio de semana.

viernes, 10 de agosto de 2007

Velada Libertaria en Quito

Con motivo de cumplirse hoy 198 años de la independencia de España, el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, ideó y organizó, ayer, un magno evento llamado “La Velada Libertaria” el cual tenía como escenario ideal al Centro Histórico, como no podía ser de otra manera.

Dicho evento se daría en todas las plazas, iglesias, museos y demás lugares importantes de aquel Quito antiguo el cual sobrevive majestuoso al inexorable paso del tiempo. Actividades varias como la recreación de la firma de acta de independencia en la Sala Capitular de San Agustín, o el ingreso al Museo de Cera para ver el asesinato de los próceres también estaba a la orden del día.

La música era un ingrediente fundamental para la fiesta libertaria, por lo cual en cada plaza, varias bandas musicales, solistas, de todas partes del país, desde los famosos hasta lo no tan conocidos, deleitaban al público que acudió a los eventos.

Yo llegué hasta la Plaza de San Francisco, (no encontramos a Cantuña entre los asistentes) junto a mi enamorada Marcela, con sus amigas Paulina y Alexandra. Viajamos en trolebús desde el andén “Mariscal” hasta San Agustín, justo a una cuadra de la Plaza de la Independencia. El viaje en “el trole” fue interesante por todos los dichos que pudieron escucharse en el apretado y maltratado trajinar dentro del medio de transporte que, como nunca, tenía las ventanas abiertas. Es que la expectativa era tan grande que toda la gente se volcó hacia el centro.

Una vez que pudimos bajar, al igual que la mitad de los viajeros, llegamos a la Plaza Mayor donde ya todo había terminado; sin embargo era paso fundamental por el lugar para pode dirijirse a alguna otra plaza o lugar de concentración. Justo al estar en el monumento a la independencia, el Presidente Rafael Correa (esta vez no me dirijiré a él como suelo hacerlo), salió a una de las terrazas del Palacio Presidencial para saludar a la gente. No hubo aplausos y sí uno que otro grito en su contra. Seguimos nuestro camino.

Pudimos llegar a San Francisco, no se a qué hora, y el grupo “Tomback” estaba haciendo de las suyas al escenario. La energía de la percusión mostrada por la banda, tenía prendido al público capitalino. En su última canción usaron máscaras de “Diablo Uma” para darle más identidad a su música. Luego fue el turno de Mirela Chesa, joven guayaquileña, que recién inicia su carrera. Cerca de la media noche, luego del grito libertario a las 00H00, “La Grupa” hizo su aparición, creando algarabía y euforia entre los asistentes.

Cabe mencionar que en la plaza donde estuvimos, hubo veinte mil personas; cantidad que solo he visto similar en número, en el mismo sitio, en las grandes concentraciones del 20 de Abril de cada año cuando se celebra la gran misa en honor a la “Dolorosa del Colegio San Gabriel” por su milagro de 1906.

Finalmente bajamos hasta “La Marín” para tomar el “ecobus” que nos llevaría de retorno a casa. Mientras bajábamos por la calle Sucre, los vestigios del evento quedaban marcados al ver tanta basura que se había producido, mientras ya empezaban a barrer y por supuesto a desarmar todos los escenarios. Fue una noche diferente en Quito y, a ojo de buen cubero, por lo menos trescientas mil personas se dieron cita al centro de la ciudad, siendo interesante ver como familias completas, desde abuelitos hasta nietos y bebés en coches, se unían en el festejo de independencia. La seguridad, excelente.

jueves, 9 de agosto de 2007

Parte mortuorio

Una imagen vale más que mil palabras. No más muerte "incidental" de tiburones en Ecuador.

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sábado, 4 de agosto de 2007

El tiempo....el tiempo.....

Juez inexorable de la existencia, rígido en su accionar y veloz en su actuar. Único consejero, junto al silencio, que jamás falla. Y es que darle “tiempo al tiempo” resulta fundamental en momentos en los que uno se encuentra hundido en un mar de dudas y extraños sentimientos se manifiestan, mientras los buenos recuerdos (y de los otros también) se mantienen con uno bastante frescos.

El que no exista comunicación con la otra persona, obviamente es feo, pero es la única manera de retomar la tranquilidad, “dejar que la marea baje” para volver a “pensar con la cabeza” aunque suene rara la frase y ver cual será el futuro. Hay que estar expectante para ver las conclusiones que puedan extraerse del momento que se vive.

Lo que resulta complicado es ir contando lo ocurrido cuando llegas a una reunión con los amigos/as y te preguntan, de manera diferente en momentos distintos el clásico: “qué pasó?” por lo que te toca repetir varias veces aquella situación. Conforme pasan las repeticiones te puedes sentir más aliviado.

En fin, volver o no volver nadie lo sabe. ¿Es una posición de orgullo acaso? También es una excelente pregunta la cual no tiene respuesta aparente por ahora, aunque a priori, yo creo que no es así. Todo es cuestión de percepción y sensación. Solo el tiempo, pilar de este artículo, sabrá decirlo.